La guerra del pacífico fue
necesaria porque se tenían los motivos suficientes en esa época para llevarla acabo ya que en
ese tiempo existía una defectuosa
delimitación fronteriza entre la república de Chile y Bolivia, además de
tratados que no se consumaron en su totalidad.
Además existía una difícil
situación económica de las republicas de Bolivia y Perú, la explotación de
riquezas por parte de chilenos, en zonas cuyos límites no estaban bien precisos,
el incumplimiento, por parte de Bolivia del tratado chileno-boliviano de 1874,
las aspiraciones de supremacías de Perú en la región del pacifico sur, la confiscación
de los bienes de las compañías mineras chilenas y remates de las salitreras
ordenadas por el presidente de Bolivia general Hilarión Daza.
Precisamente un año antes que comenzara la
guerra del pacífico el presidente boliviano Hilarión Daza había impuesto a la
mayor productora de salitre, la firma chilena Compañía de Salitres y
Ferrocarriles Antofagasta, un impuesto de diez centavos de peso boliviano por
cada quintal embarcado del producto. Con ello, no sólo quebrantaba los tratados
firmados con Chile en 1866 y 1874, sino que
demostraba claramente no querer buscar acuerdos pacíficos a los
problemas presentes. Inútilmente la cancillería chilena reclamó lo ilegal del
acto cometido de parte de Bolivia, exigiendo el cumplimiento del tratado del
año 1874, en el cual Bolivia se había comprometido a no aumentar, durante 25
años los impuestos a las personas, industrias y capitales chilenos que
trabajasen entre los paralelos 23º y 24º latitud sur. Chile hizo ver que el
cobro de ese impuesto implicaba la ruptura del tratado que se había firmado y
que, por lo mismo, ellos podrían hacer valer sus antiguas reclamaciones
territoriales. Al descubrirse grandes reservas de guano y minas de oro plata y
cobre; ante este hecho, Bolivia declaró tener posesión sobre toda la región
hasta el paralelo 26º de Latitud sur.
La empresa nacional,
apoyada por el gobierno chileno, se negó a pagar el tributo que consideraba
completamente ilegal. Sin embargo, el gobierno boliviano, que estaba decidido a
seguir adelante, ordenó el remate de la compañía salitrera. De esta forma,
llegó el 14 de febrero de 1879, día que los bolivianos habían fijado para el
remate de la empresa y fecha establecida para la ocupación por parte de las
tropas chilenas. En esa mañana del año
1879 amanecieron anclados frente al puerto de Antofagasta parte de la flota
nacional: el Blanco, el Cochrane y la corbeta O'Higgins. De ellos desembarcaron
los hombres que, al mando del marino y futuro presidente de Chile don Jorge
Montt, tomaron bajo su control la ciudad. Chile no quería ir a la guerra, pero
cuando quedó al descubierto que en 1873 Bolivia había firmado con el Perú un
pacto secreto que los obligaba a respaldarse mutuamente ante toda agresión del
exterior, el ministro de Relaciones Exteriores chileno declaró que la guerra es
el único camino que nos queda. En
sesión secreta del Consejo de Estado algunos de sus integrantes, dudosos de las
posibilidades chilenas en el conflicto, no se demostraron partidarios de éste.
Sin embargo, el 2 de abril de 1879, el Presidente Aníbal Pinto declaró la
guerra a Perú. En enero de 1881, Chile ocupó Lima, obligando al gobierno
peruano a retirarse a las tierras altas. Tras dos años de ocupación, los
dirigentes peruanos aceptaron los términos de paz impuestos por los chilenos y
firmaron el Tratado de Ancón (20 de octubre de 1883), por el que se cedían a
Chile la provincia de Tarapacá, así como las de Tacna y Arica, con la condición
de que se celebrara un plebiscito, en el caso de estas últimas, a los diez años
de la ocupación (plebiscito que nunca se llevó a cabo). De acuerdo con los términos
del Pacto de Tregua de 1884, Bolivia dejó bajo administración chilena la
provincia de Atacama y el puerto de Antofagasta, convirtiéndose así en un país
sin acceso al mar, una reivindicación permanente de los bolivianos. Luego, en
1929, los gobiernos de Carlos Ibáñez y Augusto Leguía celebraron un tratado que
adjudicó Tacna al Perú y Arica a Chile (línea de la concordia). Se fijaron
diversas disposiciones sobre la venta de un millón de de guano que había
ordenado el gobierno chileno, cuyo producto líquido debía ser toneladas dividido
por mitades entre Chile y las empresas extranjeras acreedoras del gobierno
peruano. Con Bolivia se hizo un simple pacto de tregua que declaró terminada la
guerra (1884).
Chile mantendría la ocupación del
territorio de Antofagasta, ejerciendo plena soberanía. Además se fijaron
algunas disposiciones comerciales y aduaneras. Luego, en 1904, se firmó el
tratado definitivo en el cual Bolivia cedió
el territorio de Antofagasta y Chile se comprometió a construir un ferrocarril
de Arica a La Paz ,
permitió el libre transito de las mercaderías bolivianas y pagar en dinero una
compensación. Las principales consecuencia que trajo la guerra del pacifico
fueron que Chile amplió su territorio con las actuales provincias de Tarapacá y
Antofagasta. El país quedó convertido en una potencia.
Los motivos eran los suficientes para que esta guerra se realizara y así aclararían
todo de una vez. En una guerra las cosas
que ocurren siempre son lamentables con el hecho de la infinidad de muerte que
ocurren y las matanzas y muchas veces los sufrimientos en una guerra y que
siempre son difícil de borrar las huellas que deja una guerra.
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